Ana Laura Lareo (yavanna_6@hotmail.com)
El aborto en Argentina es una realidad. Lo es desde hace décadas. En discordancia con la mayoría de países del mundo hasta el día de hoy es ilegal. ¿Por qué? Porque en Argentina el aborto es un asunto clasista.
Las mujeres con un poder adquisitivo alto se pueden hacer estas intervenciones de la mejor manera, en clínicas clandestinas con supervisión médica y medidas de seguridad pertinentes. En cambio, las mujeres más humildes, de clase trabajadora o desocupadas, utilizan los recursos que conocen o tienen a mano (pastillas abortivas, yuyos o agujas de tejer) que son los más peligrosos e inseguros para su propia salud e incluso vida. Estos métodos son precarios y tienen un alto índice de complicaciones, en su mayoría infecciones que pueden incluso llevar a la muerte.
Si bien no hay cifras oficiales, se estima que se practican 80.000 abortos por año en nuestro país y centenares de mujeres mueren (producto de esas complicaciones).
Con una política pública de Legalización del Aborto se evitarían estas muertes, atendiendo a TODAS las mujeres por igual, brindándoles la atención medica necesaria e igualando sus derechos como personas.
¡TODAS LAS MUJERES TENEMOS DERECHO A DECIDIR SOBRE NUESTRO PROPIO CUERPO!
Hoy en día el estado no nos lo permite e incluso hace gala de su ignorancia hacia las mujeres retrasando la autorización para el aborto hasta hacerlo imposible, en casos de niñas y discapacitadas victimas de violación.
Pero la mera legalización del aborto no es suficiente, es imprescindible que venga de la mano de una política pública de EDUCACIÓN SEXUAL, es decir darle las herramientas y el conocimiento a la población sobre cómo prevenir embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual, proporcionando realmente (y no esporádicamente como en la actualidad) los distintos métodos anticonceptivos (preservativo, pastilla anticonceptiva, D.I.U., etc.)
El aborto, como tantas otras cuestiones sociales, enmascara una desigualdad estructural entre las personas en este sistema.
EXIJAMOS
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