lunes, 22 de agosto de 2011

Continúan en las plazas

Tony Díaz

En Madrid dos jóvenes universitarios formados y sin trabajo decidieron proponer a través de internet que la gente libremente manifestara su descontento y se reuniera en la Puerta del Sol. La respuesta fue inmediata y seguida por muchas personas. En menos de 24 horas, se reunieron en las plazas de las principales capitales españolas grupos de personas descontentas con la situación que golpea a España en particular. No eran manifestaciones ni tenían ningún tinte político, eran simplemente reuniones de personas que a medid que pasaban las primeras horas recibían el apoyo de mas y mas personas. La amplia participación de universitarios y estudiantes en general llevó a una rápida organización interna con asambleas. El fenómeno que había empezado de manera espontánea sorprendió tanto a partidos políticos como a medios de comunicaciones como a la misma sociedad española. Las comparaciones con las manifestaciones o cambios políticos vividos en el norte de África fueron las primeras respuestas que los medios de comunicación pudieron dar, pero poco a poco se descartó.
Es un movimiento genuinamente español y lo que se pide es una democracia real, se está contra los banqueros y poderes económicos. En definitiva se pide que se cambien las leyes y que nunca más vuelva a producirse una crisis creada por bancos y entidades financieras, y que han pagado y tendrán que pagar los que menos tienen. Detrás de esa protesta hay miles de puntos negros que la democracia española aun no ha podido resolver, como el trabajo, la vivienda, la educación, la sanidad, la corrupción y una larga lista de deseos sociales que no se han cumplido y que de momento nunca se cumplirán.
El movimiento 15 de Mayo es un aglutinador de gentes de izquierdas de muy amplio espectro, gente liberal y, en definitiva, mucha gente asqueada por la situación que ha vivido el país en los últimos años y por lo que les tocará vivir. Muchos de ellos se encuentran desesperados e impotentes porque no tienen un trabajo y porque no tienen ninguna perspectiva clara de poder encontrarlo. Desencantados de haber perdido la poca libertad que da tener un trabajo seguro y una vivienda digna.
Pero al mismo tiempo, esas personas no se sienten tampoco identificadas con los políticos que gobiernan el país. Políticos que recortan los pocos avances sociales y que son incapaces de crear simplemente trabajo. Mientras tanto la derecha española que miró primero con indiferencia estas reuniones en las plazas pasó en seguida a presionar al gobierno para que acabara con aquel “alboroto”. No eran su gente ni eran sus ideas. La derecha es impermeable a las reivindicaciones sociales vengan de donde vengan, y así, casi desde el principio, los consideró como seguidores del movimiento antisistema. Si ellos gobernaran, sacarían los antidisturbios y cargarían con toda su fuerza. De hecho uno de los detonantes de la indignación ha sido que la derecha presentó sin rubores a políticos encausados en procesos judiciales en las listas electorales. También otro detonante de la protesta ha sido el inicio de la campaña electoral que ha sacado de nuevo a los políticos a la calle para maquillar la crisis que vive el país.
La incidencia de este movimiento en la vida del país pasó su momento mas critico cuando la junta electoral dictó que la reunión ya muy establecida podía influir en el electorado y la prohibió en seco. Pero nadie se atrevió a ir contra nadie. El gobierno no podía desalojar a tanta gente en tantas ciudades del país y tampoco lo quiso hacer. En definitiva, muchos son sus votantes. Muchas de las ideas que se habían estado reclamando en las plazas españolas, muchas de las proclamas que se han establecido son las mismas que comparten socialistas y todos los partidos de izquierda y los del centro liberal.las elecciones del domingo 22 de mayo vinieron a enturbiar el agrio ambiente social. La derecha barrió a casi todos los partidos de casi todas las comunidades autónomas y alcaldías. Los reunidos en las plazas no hablaron sobre la política española y decidieron seguir con sus asentamientos callejeros e intentaron blindar todo lo que había surgido de ese movimiento popular y libre, con la idea de seguir en el futuro en los barrios como movimiento no político, pero sí como corriente de ideas.
El movimiento 15 de mayo pasará de este momento y con el tiempo sus ideas pasarán a formar parte de las bases de muchos partidos políticos de izquierda y centro izquierda y los cambios se podrán dar, pero a medio o largo plazo. Estas reuniones no pretendían ser políticas ni incidir inmediatamente en nadie, es una respuesta social al descontento de la situación, es una reunión de personas normales y corrientes que protestan por su vida y por todas las oportunidades que han tenido que olvidar y todas las que tendrán que olvidar en los próximos años. Es la válvula de escape para la olla a presión que es en la actualidad la sociedad española, con 5 millones de personas en el paro y con un 20,5% de paro juvenil, eso es más de un millón de jóvenes preparados y sin trabajo. Un quilombo del que no se sabe cuando se podrá salir y del que nadie sabe con certeza cual es la solución mejor y lo que es peor aun, que la derecha más conservadora de Europa va a heredar en breve. Continúan en las plazas.

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