miércoles, 23 de julio de 2008

GLOBALICEMOS

"Este es el proyecto de la globalización: hacer del planeta una nueva torre de Babel. En todos los sentidos. Homogénea en su forma de pensar, en su cultura, en su patrón."
(Subcomandante Insurgente Marcos)


Pensamos la globalización y nos imaginamos un gran monstruo, arrasándolo todo, destruyéndolo todo. Y puede que a veces se convierta en eso, pero sólo si la dejamos. Porque la globalización se vuelve monstruo si permitimos que la cultura la impartan “los de arriba”, si dejamos que nos arranquen las raíces y nos siembren sus ideas, que nos eduquen con sus cuentos de vencedores y nos recuerden como vencidos, que, como hace ya 500 años, nos impongan sus dioses que predican sobre la piedra de la mentira, que nos vendan sus espejos de colores que no reflejan nuestros rostros, sino la sed del conquistador. La globalización se vuelve monstruo cuando se alimenta de nuestro suelo, y lo fertiliza con nuestro sudor y sangre, cuando barre nuestra historia y planta banderas con otros colores, cuando nos arranca con las manos sucias nuestra identidad.

Pero siempre que hay un monstruo, hay un héroe. Un héroe que cambia de nombre, de rostro, de tiempo y lugar, pero no de convicciones. Un héroe que reclama que sea para tod@s, todo.
Uno que se levanta y dice “si, globalicemos”. Globalicemos la verdad inalienable, la justicia de ojos bien abiertos, la lucha incesante. Globalicemos los derechos humanos, la libertad que no se compra ni se vende, la educación de todos, el pan nuestro de cada día. Globalicemos el respeto por uno y por el otro, la dignidad que no se pierde, la cultura popular.
Globalicemos nuestra historia, la historia latinoamericana.

Así si, globalicemos.


Natalia Pérez
(nataliaperez82@hotmail.com)

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